Hace más de 30 años, un hombre llamado Antonio dejó su tierra natal, Asturias, y se aventuró hacia Santa Pola, un hermoso pueblo costero en la provincia de Alicante, España. Con mucho esfuerzo y determinación, Antonio logró establecer su restaurante y lo llamó «Narcea», en honor al río que atraviesa su querida Asturias.

El Restaurante Narcea abrió sus puertas en un pequeño local cerca del puerto de Santa Pola, con un modesto pero acogedor espacio donde se compartía el amor por la comida y la cultura tradicional con los residentes y visitantes del lugar.

Desde el principio, el Restaurante Narcea se ganó la reputación de ofrecer platos caseros y auténticos, preparados con los ingredientes más frescos y de la más alta calidad. En Narcea se, fusionó la tradición asturiana con los sabores mediterráneos y creó un menú diverso que incluía platos emblemáticos de la región como la fabada asturiana, la sidra natural y los pescados y mariscos frescos de la zona.

El restaurante pronto se convirtió en un punto de encuentro para los amantes de la buena comida y se hizo famoso por su ambiente acogedor y su atención personalizada. Antonio y su equipo trabajaban incansablemente para ofrecer una experiencia culinaria inigualable, asegurándose de que cada plato estuviera preparado con dedicación y amor.

Con el paso de los años, el Restaurante Narcea se trasladó a un local más amplio y elegante, para poder recibir a más comensales que deseaban deleitarse con los sabores únicos que se servían allí. El negocio floreció y se convirtió en un lugar icónico en Santa Pola, conocido tanto por los locales como por los turistas que visitaban la zona.

El restaurante se ha convertido en un símbolo de tradición, calidad y hospitalidad en Santa Pola. En narcea se continua innovando y perfeccionando sus platos, manteniendo viva la esencia de la cocina asturiana mientras abrazaba las nuevas tendencias gastronómicas.

Hoy en día, el Restaurante Narcea sigue siendo un lugar de referencia en Santa Pola, y Antonio, junto con su dedicado equipo, continúa brindando a los comensales una experiencia culinaria excepcional. Su amor por la comida, la pasión por la cocina y su espíritu emprendedor han dejado una huella indeleble en la historia gastronómica de Santa Pola, y el legado del Restaurante Narcea perdurará por generaciones.